dimarts, 13 de novembre del 2012

Y hoy esta entrada se la dedicamos a esta profesora, por su labor. Al igual que en Sudáfrica nosotros también vivimos en un clima a veces semi-desértico y algunas de nuestras plantas tienen características similares a las que encuentra en Sudáfrica esta Profe, por su aguante hasta el límite de parecer secas cuando las ves, y de no apreciarlas cuando pasas por su lado, pero en realidad no lo están, las lluvias de estos días lo demuestran, sin volver a arrancarlas, vuelven a la vida.


Profesora Jill Farrant
Research Chair in Plant Molecular Physiology,
Department of Molecular and Cell Biology,
University of Cape Town, South Africa


Por el esclarecimiento de los mecanismos por los cuales las plantas superan las condiciones de sequía
Jill Farrant, profesora de biología celular y molecular en la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, es un experta líder en el mundo de las plantas de resurrección, que "vuelven a la vida" después de ser desecadas, estado de aparente muerte, cuando se rehidratan. La profesora Farrant está investigando la capacidad de muchas especies de estas plantas para sobrevivir sin agua durante largos períodos de tiempo desde un amplio número de perspectivas, desde el nivel molecular, bioquímico y ultraestructural hasta el estudio de la planta entera ecofisiológica, utilizando un enfoque comparativo único y trabajando con muchas diferentes especies de plantas de la resurrección y una variedad de tejidos. El objetivo final es encontrar las aplicaciones que conduzcan al desarrollo de cultivos tolerantes a la sequía para alimentar a las poblaciones en las zonas áridas, propensas en climas secos, especialmente en África, pero también su investigación puede tener aplicaciones medicinales.


Y así descubrió las plantas de ­resurrección.
Recuerdo perfectamente el momento en que ocurrió, y, por si me olvidara, conservo el diario en que lo anoté en 1970, con sólo seis años. Estaba, como de costumbre, en una zona denominada Flat Rocks en los alrededores de casa y me fijé en unas ramitas secas que sobresalían de unas rocas. Un par de días más tarde, después de que lloviera, volví a ese mismo lugar y las ramas estaban cubiertas de hojas verdes.


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